¿Por qué celebrar el Día Internacional de la Mujer? ¿Por qué felicitar a las mujeres ese día? ¿No es acaso una fecha para recordar las luchas de mujeres que se levantaron para exigir respeto? Sin duda, es una fecha para alzar la voz y exigir nuestros derechos, un día donde recordamos que lo que hemos ganado históricamente, es gracias a la voluntad de mujeres que se revelaron en contra del patriarcado.
“Detrás de un buen hombre, siempre hay una gran mujer”. Nos creímos esta frase por mucho tiempo. La mujer ayudante, la mujer complaciente, la mujer cuidadora, la ayuda idónea. Eso sí, siempre, detrás de un hombre.
"Persona ilustre y famosa por sus hazañas o virtudes". Así define el Diccionario de la Real Academia Española a la palabra Héroe (y también a la palabra Heroína).
El cuerpo de la madre es un territorio, es un continente, es la Pachamama, es el alimento físico y psíquico, es el primer lugar en el que ejercemos soberanía, pero sólo lo podemos hacer a través de la conciencia, el empoderamiento y el amor. El cuerpo de las mujeres es ese lugar en el que el capitalismo y el patriarcado penetran silenciosa y profundamente.
El hombre y la mujer nuevos están hechos de amor, de piel y leche materna. Tienen Patria y Matria porque están arraigados a su madre, su primer territorio. Son soberanos y autónomos porque son libres para decidir cuándo, dónde y de qué nutrirse y sus deseos afectivos son complacidos por la madre.
El llanto de un niño, las rabietas, pedir teta, pedir mamá, papá, abrazo, abuela, amor, son pedidos lógicos, si detenidamente nos preguntamos qué necesita un bebé, un niño o una niña para su supervivencia y sano desarrollo, y cómo sabe pedirlo según su edad. Sin embargo, como sociedad nos hemos empeñado en acusar a estos pedidos de innecesarios y hasta tildarlos de malcriadeces.
En los últimos 30 años, la explotación de la afectividad ha sido una de las herramientas más utilizadas por las corporaciones. Las empresas promocionan un supuesto valor afectivo de sus mercancías: que ellas nos toquen afectivamente, nos complementen, nos hagan pensar, nos hagan amar y, sobre todo, nos hagan sentirnos amados.
Cuando en espacios públicos y medios de comunicación se habla de violencia de género, la referencia generalizada es la de la mujer víctima de violencia doméstica.
Una columna de opinión del colectivo de mujeres Tetas en Revolución, que buscará compartir saberes, cuestionar nuestros entornos, relatar experiencias y visibilizar realidades en búsqueda de la reivindicación del lugar de la mujer en nuestra sociedad.