La realidad aumentada ya no es ciencia ficción

El videojuego lanzado por Niantic en 2016 logró hasta el momento más de 1.000 millones de beneficio con 750 millones de descargas, según la consultora especializada Apptopia. Pero los expertos consideran que su caso es solo la punta del iceberg, los desarrolladores apuestan a la RA como una gran estrategia de venta.
Otra consultora, Digi-Capital, prevé que el mercado de la realidad aumentada crezca hasta los 80.000 millones de euros en 2021, muy por encima de los 20.000 millones que se calcula para la realidad virtual.
Las grandes tecnológicas ya apuestan claramente por sus posibilidades. Apple y Google lanzaron en septiembre sus kits para desarrolladores (ARKit y ARCore, respectivamente) y emplean cada vez más recursos en crear aplicaciones para extender su uso en móviles y tabletas.
La revolución de la realidad aumentada quiere llegar a todos los sectores y sacar la tecnología de las pantallas para hacerse cada vez más cómoda en gafas, cristales de coche o en nuestros propios ojos.
Accesible gracias a los celulares
Los smartphones son la puerta de entrada principal de la realidad aumentada. “La inmensa mayoría de los dispositivos que hoy utilizan esta tecnología son teléfonos, aunque para usos profesionales ya se empiezan a introducir también las gafas”, certifica Telmo Zarraonandia, profesor de Ingeniería Informática en la Universidad Carlos III de Madrid.
La nueva generación de dispositivos ya está preparada para asumir un uso mucho más cotidiano de esta tecnología. Los nuevos iPhone o los Pixel presentados por Google incorporan más sensores y herramientas para crear y disfrutar de contenidos RA.
Manos libres
El siguiente paso de la RA es liberar nuestras manos, y ese es el objetivo que tratan de cumplir las gafas de realidad aumentada o smartglasses. Las más conocidas son las Hololens de Microsoft, pero marcas como Sony, Vuzix, Lenovo o Epson fabrican sus propios dispositivos.
Los nuevos parabrisas
Existe un tipo de espacio para el que los móviles no son una solución utilizable de realidad aumentada, y las gafas tampoco. La tecnología en los coches será distinta: la veremos directamente en el cristal. Fabricantes como Jaguar o Volkswagen ya trabajan para situar la información que necesita el conductor directamente en el parabrisas, evitando que desvíe la mirada y con imágenes transparentes que no entorpezcan la visión.