"El sistema electoral no piensa en la accesibilidad de las personas con discapacidad"
Gustavo Gonza tiene 46 años, y contrajo poliomielitis muscular al poco tiempo de nacer. La poliomielitis o polio es una enfermedad viral que puede afectar la médula espinal causando debilidad muscular y parálisis. En el caso de Gustavo, el virus afectó su sistema nervioso y lo dejó en silla de ruedas.
Pero pese a esta situación indudablemente desfavorable en su vida, él logró salir adelante, intentando siempre ser una persona autónoma e independiente.
Al cumplir la mayoría de edad, como a cualquier ciudadano, a Gustavo le tocó ir a votar por primera vez en el colegio Salvador Mazza. A partir de ese momento se encontró con diferentes problemas que surgen a la hora de ir a votar, y gran parte de ellos se centran en la inadecuada accesibilidad arquitectónica y edilicia que dificultan el ingreso al lugar en el que debe sufragar, ya que debe sortear barreras que complican el desplazamiento con su silla de ruedas.
Pero además, como si esto no fuera lo suficientemente excluyente, Gustavo también tuvo que lidiar con los sistemas de votación. Esto sobre todo cuando tiene que sufragar por el voto electrónico al que califica directamente como ‘’inaccesible”, porque el espacio que se encuentra entre la maquina y el tomacorriente en el que está conectada la computadora es demasiado reducido para ubicarse con la silla de ruedas, sin mencionar “la falta de privacidad’’.
Es evidente que el caso de Gustavo refleja la inacción del sistema electoral en relación a estas problemáticas que viven, en cada acto eleccionario, las personas con discapacidades.
“Es sumamente importante que exista accesibilidad al derecho de votar, porque somos parte de una sociedad libre, pero que lamentablemente aún no ha crecido por la ineficacia de las autoridades responsables”, manifestó molesto Gonza.
Al hablar sobre la posibilidad de encontrar una solución respecto a esta situación, Gustavo se mostró sumamente desesperanzado: “hasta el momento no obtuve solución y dudo que la brinden, porque para ejercer este acto de democracia las personas con movilidad reducida quedan prácticamente excluidas’’.
Del mismo modo, señaló las barreras de las que son víctimas las personas con movilidad reducida o en otros casos también los adultos mayores. “Te encontrás con adoquines, veredas en pésimo estado, vehículos que estacionan en las rampas, además de que todavía hay lugares públicos con falta de accesibilidad’’, indicó Gustavo.
“Infortunadamente nada cambiara hasta que los funcionarios públicos se desplacen en una silla de ruedas durante 24 horas y logren entender el padecimiento en primera persona’’, concluyó Gonza.